Al igual que un guardia protege sus objetos durante el traslado, una cerradura de puerta protege su punto de entrada: su puerta. Tiene un tubo cilíndrico, que básicamente es un tubo. Aquí es donde se inserta la llave. La cerradura está formada por tres componentes esenciales que funcionan juntos como una unidad, como se muestra en la imagen.
El cilindro es la primera parte. Esta es la parte clave de la cerradura. Mi llave entra en el cilindro y ¡voilá! El cilindro comienza a moverse. Como si la llave le indicara a la cerradura qué hacer. El cilindro gira hacia la izquierda o hacia la derecha para abrir o cerrar la puerta.
La segunda parte es la carcasa. La carcasa es como una funda protectora para el cilindro. Protege y oculta el cilindro. Las partes internas de la cerradura se ensuciarían o dañarían sin la carcasa.
El mecanismo de bloqueo es la tercera parte. Es la pieza que realmente cierra la puerta con pestillo. Al girar la llave, el mecanismo de bloqueo se mueve para bloquear o desbloquear la puerta. Es una especie de portero automático que controla quién puede entrar y salir.
Las cerraduras de las puertas son muy resistentes. Están diseñadas para evitar que personas no deseadas entren en su hogar. Estas cerraduras son tan pesadas que pueden soportar muchos empujones y tirones. Actúan como un escudo de Superman para su propiedad.
En realidad, existen diferentes variedades de cerraduras. Algunas cerraduras tienen en su interior pequeños pasadores especiales con la forma de la llave. Algunas cerraduras sofisticadas incluso se pueden desbloquear con un código o una huella dactilar. Pero todas tienen una función crucial en común: protegerte a ti y a tu familia.
Después de todo, una buena cerradura es un superhéroe para tu hogar. Te vigila a ti y a tu familia las 24 horas del día. Por eso, cada vez que giras la llave, en realidad estás usando una pequeña pieza de tecnología asombrosa para mantenerte a salvo.
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